LA COMUNICACIÓN CORPORATIVA EN EQUIPO

Escrito por Manuel J. Luna Sued
Socio director de TIMM
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IG: @timmrd y mannymoon84
Twitter: @timmrd y @manuellunasued

La Comunicación Corporativa o Institucional ha sido el camino profesional que muchos de los que están leyendo este artículo escogieron como profesión. La misma no puede ser vista como una herramienta individualista, si en verdad la queremos proyectar como parte esencial del management empresarial.

Precisamente, sobre esta premisa decidí en 2016 nombrar TIMM (pronunciándose como la palabra team, que en inglés quiere decir equipo) a mi firma de comunicación corporativa, porque en mi experiencia los mejores resultados en materia de comunicación empresarial se dan cuando se trabaja en equipo.

A través de la comunicación buscamos agregar valor a las empresas en la que le estamos prestando servicios, y qué mejor manera de hacerlo si agregamos individuos en nuestro trabajo que se sienten parte de este logro y aportan sus diferentes “granitos de arena” para la consecución de un bien mayor.

En mi experiencia de más de 6 años trabajando en INICIA, una firma de administración de activos que está diversificada en 6 fondos de inversión, y por lo cual tuve que involucrarme con una variedad importante de empresas de diferentes áreas, aprendí que en relaciones públicas el conocimiento compartido suma, y que escuchar y analizar las diferentes perspectivas es esencial antes de actuar.

Como seres humanos tememos preferencias de atención a ciertos públicos, pero cuando las decisiones se trabajan en equipo el abanico de público se multiplica, porque entran las preferencias de los demás miembros de ese equipo y de esa manera se pueden abordar todos los stakeholders sin dejar cabos sueltos.

Además hay un refrán callejero, creo que dominicano, que dice que uno de los grandes valores del periodista es “que no sabe mucho de nada, pero sabe un poco de todo”. Y hay que tener siempre presente en comunicación que nadie es lo suficientemente Gurú para saberlo todo.

De hecho una de las cosas que más admiro de Campos de Moya, persona a quien le debo haber iniciado mi andar profesional en esta rama, es que a pesar de sus más de 50 años de experiencia profesional, antes de tomar una decisión importante siempre se reunía con su equipo para preguntarnos ¿qué pensábamos? ¿cómo entendíamos que se debía actuar?  y tomaba mucho o poco de lo que escuchaba de sus colaboradores para luego comunicar la decisión final, siempre reconociendo los aportes de los miembro de su equipo.

Para trabajar con éxito la comunicación empresarial en el siglo XXI no basta con solo saber escribir y tener buenas relaciones con los medios, que era la característica número 1 que se necesitaba posiblemente para ejercer la función en los años 80`s y 90`s.

Hoy en día se requiere de tener sensibilidad hacia los temas de sostenibilidad empresarial; conocer las intríngulis del negocio desde la perspectiva económica y social; conectar con los públicos emergentes y estar a la vanguardia de las tecnologías de la información y la comunicación; ser persuasivo y tener el suficiente liderazgo interno para recomendar las normas de actuación y exponerlas en público y ante la dirección de la empresa; tener la creatividad y agilidad para actuar en tiempos muy rápidos porque ya las crisis no esperan el titular del periódico de la mañana siguiente, sino que se propagan en las redes como pólvora; entre muchas otras.

Y aunque es posible que una sola persona reúna todas esas cualidades, lo más normal es que tenga fortalezas y debilidades; por eso lo ideal es contar con un equipo que se complemente. Siempre habrá alguien que es ideal para hablar con unos públicos y otro que podrá enfocarse en otros stakeholders. Alguien será mejor redactando y otro revisando. Alguien será el más creativo y otro el más pragmático. Alguien será el mejor estratega y  posiblemente otro el mejor vocero. Alguien será el más crudo y otro el más empático.

Por eso el verdadero poder de la comunicación estratégica es cuando la suma de  talentos del equipo da como resultado el TODO que permite agregar el valor que la dirección de la empresa espera.